Los Requisitos de Dios I



Por: Angie M. Contreras (angiehayes17@yahoo.com)

¿Qué tal, amigos(as) hermanos(as)?

En esta nueva entrega estaremos hablando de los "Requisitos de Dios", un estudio sencillo que he preparado para publicar en tres partes porque es un poco extenso (y digamos que, también, para agregar un toque de suspenso). Ésta, por supuesto, es la primera parte, con 5 requisitos. En total, he compilado 15, así que los otros 10, los publicaré en las partes II y III del estudio. Espero que esto sea de bendición y edificación para ustedes, como la ha sido para mí misma. Algo tengo que pedirles, si les es posible: hagan click en los enlaces que he dejado, con versículos que apoyan y respaldan las afirmaciones dadas, es algo que considero indispensable.

Por lo demás,

¡Shalom, Bereanos!

Los Requisitos De Dios
A través de una vida vivida desde el vientre hasta este momento entre las paredes de varias iglesias, he oído miles de sermones sobre Dios (claro que, los que tuvieron lugar estando yo en el vientre, no los recuerdo). Como se imaginarán, he debido escuchar barrabasadas impensables, pero también verdades extraordinarias; porque verán, amigos: la verdad es un tesoro que pocos poseen, y que demasiados desestiman. En fin que, indoctos los hay en todas partes, personas con poco conocimiento veraz (por no decir que con ningún conocimiento) de aquello que han atestiguado creer.

Entre los temas más tratados, y más embadurnados con afirmaciones humanas, están los requerimientos de Dios para el ser humano. En las Sagradas Escrituras, se mencionan reiterativamente las cualidades, acciones y actitudes que agradan a Dios, de las cuales he querido extraer algunas y enumerarlas en esto que llamo “Listado de los Requisitos de Dios”. Si así gustan, les pido que me vean como la menos calificada, entre muchos calificados cristianos bereanos (así me gusta llamar a los que guardan la sana doctrina), y así podrán estudiar con menor recelo esta síntesis de los requisitos de Dios.

(El orden que deben guardar los factores, queda en usted proveerlo. Esta es meramente una enumeración, que prescinde de jerarquía alguna)


Requisitos de Dios:



I) Fe/Esperanza.


Sin ella es imposible agradar a Dios. Las implicaciones de la palabra imposible, hacen innecesario el uso de un sinónimo, más bien, es la mejor palabra para una afirmación tan categórica y tajante, definitiva e irrevocable. http://www.biblegateway.com/passage/?search=hebreos%2011:6&version=RVR1960

II) Amor: otro requisito sine qua non.


Quien no lo tiene:

a) No ha conocido a Dios.
b) Hace lo que haga en vano. Todo le es inútil, desde el mínimo ritual, hasta el mayor sacrificio.
c) Incumple el gran mandato del Maestro, del cual enseñó que se deducen todas las demás ordenanzas divinas.
d) El acápite “a” es más que suficiente.


III) Obediencia.


Más que mediante rituales religiosos, nuestra fidelidad a Dios es probada mediante la obediencia. Obedecer, implica sumisión a la Voluntad de Dios, que es una prueba eficaz de nuestra confianza en Él. Jesucristo mismo, según vemos en los Evangelios, se sometió al designio del Padre (Lucas 22:42). Además de que es la prueba irrebatible de que amamos y conocemos a Dios (Juan 14:15; 1 Juan 2:3-6). Obedecer es mejor que los sacrificios. John 14:15


IV) Conocimiento, que va de la mano con la sabiduría.


El pueblo, hoy más que nunca, perece por falta del mismo. Para obedecer la Palabra de Dios, hay que conocerla. En las iglesias se observa incontables veces, cómo personas que no están preparadas en la Palabra de Dios, suben a los púlpitos a hablar “lo que el Espíritu diga”. ¿Saben algo? Esa frase suena muy espiritual, casi angelical, pero en la mayor parte de los casos NO LO ES. ¿Por qué? Porque si en la Palabra de Dios nos es revelada su verdad, dándonosla a entender a través del Espíritu Santo que mora en nosotros, ¿cómo es que La Palabra contradice al Espíritu ó viceversa?

Permitan que les diga algo, para que lo tengan muy claro: el hombre y la mujer llenos del Espíritu Santo AMAN la Palabra de Dios, la escudriñan, meditan en ella, y la guardan en sus vidas; no andan de aquí para allá prescindiendo de ella, hablando de sus propios corazones, justificando estas prácticas en un concepto llamado “unción” que ha sido muy mal utilizado en miles de iglesias, tomando versículos separados de su contexto para apoyar un sinfín de enseñanzas heréticas. No se engañe: toda tilde ó j agregada a la Palabra única, infalible y veraz de Dios, ES HEREJÍA. Y como dice uno de mis maestros de doctrina Bíblica, Daniel Copeland: “Un texto fuera de contexto, es un pretexto”. Así que, dediquémonos a conocer la Biblia, que es conocer a Dios y su Voluntad, no nos limitemos a asirnos sólo de aquellas cosas que nos enseñan desde los púlpitos, montes, cuevas ó lugares de retiro, que en la mayoría de las ocasiones, no son más que falacias. Recordemos que las sectas provienen de esa misma práctica irracional de añadir a la Palabra de Dios alguna otra revelación de un maestro que entendía que la Revelación de Dios está incompleta, y en el caso de los cristianos, las falsas doctrinas provienen precisamente del “gran evangelista”, “reverendo”, “salmista” (término de moda ¿eh?), “apóstol” (todavía más de moda), “profeta” (me quito el sombrero ante éste), que pretende dar mayor crédito a su “unción”, que a la Biblia.

a)Salmos 119, que tiene un título hermoso: “Excelencias de la ley de Dios”

(El tema “La Unción”, lo que verdaderamente es, según las Escrituras y cuál es su fin, lo estudiaremos más adelante)


V) Justicia.


Salmos 58:1

Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia?

¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?


¡Oh, requisito! Junto con el amor, y el conocimiento, este es uno de los que más escasea en la iglesia. Juzgar justamente las causas de los hermanos parece casi imposible para un alto porcentaje de cristianos.

Siempre he pensado que la justicia, ó sea, la justicia absoluta, es una virtud exclusiva de la Divinidad, puesto que el hombre es influenciado en todos sus juicios, por algún interés ó alguna circunstancia sujeta a sus propias consideraciones. Así pues, se torna improbable que se haga justicia en muchos casos.

Ahora bien, a Dios toca juzgar las intenciones del corazón, porque eso no lo podemos nosotros discernir, a nosotros nos toca juzgar sucesos de acuerdo a los frutos que vemos. En resumen: juzgue lo que pueda ver; lo que no vea, déjelo al Juez Justo y Perfecto. Dios nos ha dado sabiduría y su Espíritu Santo, precisamente para poder juzgar en ocasiones que lo requieran.





Continuará...

Comentarios

  1. Este tema es de suma importancia y fundamental en la vida del cristiano que aprendido amar a Dios sobre todas las cosas, mandamientos requisitos y ordenanzas establecidas por Dios en el antiguo testamento los cuales fueron reconfirmados con en la vida de Jesus llevada a la cruz por la humanidad

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